Los historiadores del cine aseguran que en 1898, un par de años después de la presentación de los hermanos Lumiêre en París, el cine comienza en Uruguay con un primer film: "Carrera de bicicletas en el velódromo de Arroyo Seco", rodado por el armador catalán Félix Oliver, que fue uno de los primeros en América Latina.
Al término de la era militarista volvieron a Montevideo y se instalaron en la quinta familiar del Arroyo Seco con sus cinco hijos.
De la biografía de China Zorrilla, escrita por Diego Fischer surge la siguiente descripción:
“…se instalaron en una gran quinta de la Avenida Agraciada 2704 y Entre Ríos, en el barrio Arroyo Seco, que en la zona se conocía como el Castillo Muñoz. Era una edificación señorial, de tres pisos, con dos torreones y techos de pizarra. Toda su fachada estaba abrazada por una enredadera. La casa principal se erguía en medio de un enorme parque por el que pasaba un arroyo poco caudaloso (el arroyo Seco) que llegaba a inundar parte del jardín luego de una lluvia intensa. Allí llegaron a convivir tres generaciones…”
“…la residencia de los Muñoz era un lugar muy especial; por su arquitectura, sus habitantes y el personal doméstico que allí trabajaba…”
“…había sido diseñada para que los cinco hijos del matrimonio Muñoz-del Campo pudieran seguir viviendo allí una vez que se casaran. El edificio tenía dos torreones, 23 habitaciones, salas y salones por doquier y un enorme subsuelo con ventanas al parque, donde además de la cocina se encontraban las dependencias de servicio…!
José Luis Zorrilla de San Martín fue allí a pedir la mano de Guma Muñoz del Campo, solicitud que contó con la aprobación de Don Enrique Muñoz.
“…el 24 de febrero de 1919, José Luis y Bimba se casaron en una ceremonia religiosa que se llevó a cabo en la quinta de Arroyo Seco y constituyó uno de los acontecimientos sociales de aquel año en Montevideo…”
“…el matrimonio se instaló en el tercer piso del castillo Muñoz, en el torreón derecho…!
Allí nacieron cuatro de sus cinco hijas (la del medio nació en Paris, donde sus padres se radicaron por unos años) y vivieron felices sus años de infancia y pre adolescencia, aunque dudo de que se sintieran integradas al barrio que estaba más allá de la verja de la mansión.
También vivían allí: “…Rafael Muñoz y su esposa Mercedes Arocena… don Enrique Muñoz y doña Guma del Campo…Alberto Muñoz y su esposa Simona Capurro… Enrique hijo y Ercilia Muñoz Nin… Mirta fue la única de los hermanos que no vivió en la quinta de Arroyo Seco…”
“…Ninguno de los que vivieron en esa casa quiso marcharse de ella nunca”.
En 1936 y con diferencia de un par de meses, fallecieron don Enrique Muñoz y su esposa Guma. Al poco tiempo, sus descendientes debieron vender la propiedad para cancelar las deudas que el mantenimiento del castillo había generado.
Fuente: Revista Raíces